Re-significar el arte: Para el pueblo lo que es del pueblo
Siempre recuerdo los momentos significativos para mí. Se impregnan por
siempre en mi selectiva memoria.
Rescato del abismo de las palabras memoriosas
al artista misionero Koki Ruíz, que durante el I Foro Artístico y Cultural. ”Hablando
un mismo idioma. El Arte” realizada en el 2016 en Encarnación expuso el tema
“Cada ser humano es un artista”
“Cada persona posee la capacidad de
crear y desarrollar al artista que lleva dentro, sólo los pueblos creativos
vencen sus dificultades. La cultura no es lo que encontramos en google o
Wikipedia, la cultura lo traemos desde pequeños, desde el amamantar hasta la
forma de educar. La verdadera obra de arte no es lo que está en un museo, sino
lo que puede hacer el futuro artista que está dentro de nosotros”
Las palabras poseen el poder de transformar o matar. Ese día elegimos transformarnos
en mariposas.
Koki nació en San Ignacio, Misiones en
1957, es un artista plástico autodidacta que muy joven fue reconocido por su
trabajo, viajó y vivió en Europa; regresó a su pueblo natal nuevamente en 1992.
Para Koki la creatividad es el paradigma de la libertad. Con
esta idea regresó a Paraguay y decidió basar sus trabajos en la “tradición e
innovación” utilizando en sus obras de arte lo que caracteriza a su pueblo, el
estilo barroco.
Su primera obra lo hizo a los 7 años, y
fue una torta que tenía la forma de un barco. Koki recuerda que su hermana cumplía 15 y tenía
el sueño de viajar por el mundo y ser libre, lo que para la época significada
algo extraño y rebeldía “las mujeres
estaban sometidas a casarse, a servir al marido, a cuidar de los hijos,
dedicarse a las cosas de la casa y a la costura”, recordó Koki.
Aquel cumpleaños marcó su vida para
siempre. La torta con forma de barco que hizo con su madre en honor a su
hermana que quería viajar, fue el inicio de su recorrido artístico.
Mientras indagaba en los recuerdos de
su memoria, rememora con un tono nostálgico ese momento.
- Mamá ¿qué dijeron de la torta? ¿dijeron que era linda?
- Dijeron ¡Qué trabajo, qué trabajo!
Únicamente ¡Qué trabajo, qué
trabajo! exclamaron los invitados
“La obra de arte es el trabajo, el
proceso con todos” remarca Koki.
Un recuerdo puede inspirar y aquel
recuerdo lo inspiró por siempre; hasta que se comprometió a hacer el retablo
para la visita del Papa Francisco.
“El trabajo del pequeño agricultor es
la primera herencia de los guaraníes. Cuidar la semilla, sembrar, mirar la espiga,
soñar y cosechar es un acto de amor y sabiduría ancestral” dijo.
Una campesina le regaló una calabaza
que lo colocó entre sus manos mirándola como si fuera arte, ahí comprendió que
el retablo debía ser una obra de arte colectiva, cargada de la religiosidad
popular.
Para su construcción, todo el Paraguay
se movilizó. En Misiones juntaron 1200 andai (calabaza), 200 mil cocos y espigas
de maíz donadas por comunidades menonitas. Toda la gente estaba
emocionada, participaba y acompañaba el retablo que fue hasta Ñu Guazú. Koki
recuerda con mucha emoción las expresiones del Papa cuando vio el retablo, dijo
lo mismo que los invitados a su mamá ¡Qué trabajo, qué trabajo!
“La verdadera obra de arte está cargada
de trabajo, dedicación y por sobre todo de lo colectivo", Koki Ruiz.