Porque el tamaño en la política ¡SÍ IMPORTA! Sistema D’HONT y Ley de causa y efecto

Hay una filosofía del antiguo Egipto que habla sobre las leyes del universo. Esta filosofía es el Kybalion, y en ella se presentan 7 principios universales que están conectados entre sí y que nos rigen. El sexto gran principio de esta filosofía, es la ley de Causa y Efecto «Toda causa tiene su efecto; todo efecto tiene su causa; todo sucede de acuerdo con la ley; la casualidad no es sino un nombre para la ley no reconocida; hay muchos planos de causación, pero nada se escapa a la ley.» Es uno de los principios que quiero transversalizar en este video.

Esta ley nos ayuda a comprender que cada acción que realizamos, cada decisión que tomamos, por más mínima que sea, tendrá un efecto, que puede ser bueno o malo, depende. En este punto, quiero mencionar que, para mí, en este plano físico, la fuerza que rige y traspasa cada acción y decisión, es la política. ¿Y por qué la política se preguntarán? Porque la política está presente en nuestras vidas desde que nacemos, hasta que morimos. En toda nuestra historia. La política no es solo la “partidaria” es más profunda. Que hoy podamos estudiar, trabajar, comer, tomar agua saneada, vacunarnos, estar conectados, tener una casa, participar, tener comisiones vecinales, denunciar, manejar, etc., se debe a que tenemos políticas que rigen esas acciones, esos derechos básicos. Y que alguien o algunos, tomaron la decisión o lucharon por esos derechos en un tiempo a esta parte.

En nuestro estado “democrático”, los partidos políticos cumplen la función de ser “herramientas” para que, a través de su representación en los espacios de decisión, sus decisiones “políticas” puedan servir para “mejorar” la calidad de vida de las personas. ¿Pero realmente sirven? Como ciudadanía, tenemos el poder de decidir cómo queremos seguir construyendo el país que queremos. Tenemos el poder de tomar las mejores decisiones, de elegir a quienes realmente nos representen, y que, en un futuro, nuestras decisiones de hoy, sean positivas para nuestra vida.

Y al fin, después de esta breve reflexión, tenemos que hablar de números y usar la matemática para entender por qué el tamaño sí importa en la política. Vamos a analizar cómo funciona la distribución de los escaños o bancas, y vamos a entender por qué pa nuestro voto SÍ suma. Aunque, como siempre digo, votar no es la única forma de participar en la política, pero sí la forma de decidir sobre qué tipo de personas queremos que representen nuestros intereses ocupando esos espacios de decisión.

En Paraguay, usamos el sistema DHONT, que es el sistema de distribución proporcional. Una vez que tengamos los resultados de las elecciones, procedemos a hacer el cálculo. Como saben, el partido que recibe la mayor cantidad de votos, es el partido que va a llevar la mayor cantidad de bancas. ¿Y cómo saber cuántos votos se necesita para poder ganar al menos una banca?

Primero, tenemos que revisar los resultados de las elecciones anteriores, en este caso, solo voy a mostrar los resultados del 2015.  

Podés verlo en este vídeo desde el minuto 04:56 






En Encarnación, para el próximo 10 de octubre, pugnarán 13 listas para la Junta Municipal. Cada una necesita al menos 2000 votos para una banca. Pero también dependen, de la cantidad de votos que reciban los partidos tradicionales, porque recuerden, que la distribución es proporcional. Pero..., la división de listas, hace que se fortalezcan aún más los partidos tradicionales, ocasionando fugas y fragmentación de votos.

También, el nuevo sistema de listas cerradas-desbloqueadas, fortalece a los partidos tradicionales, y anula aún más la representación de las mujeres en la política. Ocasionando que, se siga perpetuando la histórica presencia masculina.

FE DE ERRATAS: En el minuto 05:00 donde se habla de los resultados de la intendencia y concejalía, en la columna de electores, la cantidad de 71.450 corresponde a la gente habilitada para votar, no a la gente que fue a votar. De esta cantidad habilitada, solo participaron 36.232, es decir, el 50.71% de electores habilitados. 

Los votos nulos y blancos tienen una connotación de disconformidad con las representaciones propuestas, sin embargo, no suman y fomentan la división y debilitamiento de votos. No sirven finalmente.